ESTA
VEZ LA CASA
PIERDE
Por: Joaquín
Olea
Televisa
es un jugador despiadado. Acostumbrados a controlar todas las variables
del juego, apuestan siempre a ganar. Durante la dictadura priista, el
anterior dueño del consorcio mediático “El Tigre" Azcárraga compraba
quinielas de 25 millones de dólares con la seguridad de que en menos de un año
los iba a quintuplicar.
En
los tiempos de la alternancia decidieron abandonar su ancestral militancia
priista y mostrar su verdadera naturaleza: la de vulgares mercenarios de la
información. Así, transitan entre partidos y candidatos ofreciéndose siempre al
mejor postor.
Esto,
a pesar de ser altamente inmoral no sería ilegal. Se brinca la delgada línea
que en los terrenos de la información separan la moralidad de la legalidad
cuando -como lo documenta el periodista Jenaro Villamil- un medio de
información utiliza su poder de investigación y de difusión para extorsionar a
un funcionario o a un candidato como Televisa lo hace con Enrique Peña Nieto.
Poseedor
de un tormentoso pasado desde que era candidato a la gubernatura del Estado de
México, Televisa -expertos en la manipulación de perfiles negativos- le vendió
su silencio a Enrique Peña Nieto. Y, apoyados en su pretendida lindura le
vendieron también la idea de convertirlo en el próximo presidente de México
realizándole una campaña como si fuera una rock star del establo de la
televisora.
Estos
detalles que la televisora se empeñaba en negar ya no pudieron ser ocultados.
Mismos colaboradores de la empresa se han encargado de difundirlos. Copias de
los millonarios cheques recibidos por los “formadores de opinión” del canal de
las estrellas para que “hablen bien de Peña Nieto y ataquen a sus adversarios”
-en especial al candidato del Movimiento Progresista Andrés Manuel López
Obrador- inundan las redes sociales, y esta semana que termina, el periódico
inglés The Guardian asestó un poderoso golpe al difundir información
confidencial de los “arreglos” económicos entre la empresa y el candidato del
PRI y el Partido Verde.
La
amargura y la frustración inunda el anteriormente radiante rostro de las fulgurantes estrellas
del canal de las estrellas. Así se percibió durante la reciente entrevista
realizada a Andrés Manuel López Obrador para el programa de opinión “Tercer
Grado”.
Más
que entrevistadores profesionales y objetivos parecían fieras hambrientas,
mastines carniceros a punto de destazar a una desvalida presa que finalmente se
les fue viva y con la convicción nacional de que los chamaqueo.
De
nada sirvieron los graznidos escandalosos de Adela Micha, el rostro casi
espumeante de Ciro Gómez Leyva, la desesperada insistencia de Joaquín López
Dóriga, las estadísticas inventadas de Carlos Loret de Mola; al final no
lograron arrancarle ni siquiera una pluma al gallo.
Seguramente Televisa no ha jugado todas sus
cartas. Va a ser parte fundamental de la guerra sucia contra el candidato del
Movimiento Progresista. No por algo es líder en la copiosa difusión que se les
está dando a las supuestas adhesiones de Vicente Fox, Manuel Espino y Rosario
Robles a la campaña de Peña Nieto.
Siguen
sin saber interpretar los tiempos y las circunstancias. Los apoyos de tres
personajes extraídos del tiradero moral de la basura política no pueden ser de
gran ayuda para un candidato chatarra. Sin embargo “Dios lo hace y ellos se
juntan”
Estamos
ante un escenario sumamente incierto. Pudiera ser que el masoquismo social que
ha mencionado Andrés Manuel López Obrador continúe prevaleciendo en esta
elección; tal vez el fraude inevitable que se llevará a cabo en los estados
priistas con la complacencia de los funcionarios locales del IFE incline la
elección hacia el candidato de Televisa. Tal vez Televisa se salga con la suya.
No lo sabemos. Lo que es indudable es que desde la Ibero México ya no es el
mismo y que la guerra sucia se le puede revertir a los que la inician y la
propagan. El escenario político del 2012 es totalmente diferente al de 2006.
Para la inmensa mayoría de los ciudadanos mexicanos; de los probables electores
el próximo primero de julio; para los jóvenes de hoy; para el movimiento #yo
soy el 132, Televisa ya perdió.
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